Agencia La Oreja Que Piensa. Berlín. Alemania. Por Fernando Lorenzo (*)
Por distintos motivos, pero con idéntico objetivo y también con el fútbol como excusa, un hombre que atacó al autobús del Borussia Dortmund rumbo a su estadio el 11 de abril de 2017, fue condenado hoy a 14 años de prisión.
Tema que cobra particular relevancia frente a un hecho similar que convirtió en un verdadero fiasco mundial la histórica e inédita final de Copa Libertadores entre River Plate y Boca Jrs, los equipos más populares de Argentina.
"Estamos mejor que Alemania", decía un funcionario del anterior gobierno argentino denostado por esa afirmación por una oposición que luego llegó al poder y después de tres años llevó al país aún más lejos que entonces de la potencia europea.
En Alemania, Sergej Wenergold, de 29 años, hoy fue hallado culpable por intento de homicidio contra 28 personas tras haber detonado tres bombas de fabricación casera al paso del vehículo que trasladaba al plantel alemán rumbo a su estadio.
Borussia Dortmund debía jugar esa noche con el francés Mónaco por Champions League, pero el partido se suspendió a raíz de aquel atentado por el que hoy fue condenado su autor, quien en su descargo adujo no haber tenido intenciones de matar.
Sí de hacerle suficiente daño a los jugadores como para que no pudiesen disputar el partido, lo cual finalmente ocurrió, pues el duelo de ida por los cuartos de final del torneo continental, debió postergarse y se jugó al día siguiente.
En el ataque, perpetrado a 10 kilómetros del estadio Signal Iduna Park, resultaron heridos el por entonces zaguero español del Borussia Marc Bartra, operado para remover las astillas de los vidrios incrustadas en su muñeca, y un agente de la policía.
El condenado afirmó que su intención sólo era asustar a los jugadores del equipo alemán, teoría que desbarató uno de los peritos forenses al afirmar que "si sólo quería asustar, no hubiese fabricado bombas con semejante poder de daño".
El fiscal general, Carsten Dombert, no dudó al destacar que se trató de un intento de homicidio, delito que el código penal sanciona hasta con prisión perpetua en Alemania, y apuntó a un beneficio económico del imputado si caían las acciones de club.
A lo largo del proceso, los jugadores del Borussia Dortmund desfilaron por el tribunal de esta ciudad para prestar testimonio de un hecho que, a decir del arquero del plantel, Roman Weidenfeller, "nos cambió la vida".
Ataque que en medio de la ola de atentados que experimentaba Europa por esos tiempos encendió varias alertas y puso en guardia a las autoridades, al punto que no se descartaba ninguna hipótesis como móvil del mismo.
Un día después del atentado, Borussia Dortmund finalmente jugó el partido y lo perdió por 3-2 ante el equipo francés, que en la revancha se impuso una semana más tarde por 3-1 y sacó pasaje a semifinales, donde quedó eliminado a manos de Juventus.
Lo sucedido hace más de un año tuvo su correlato este fin de semana en Buenos Aires, que a partir del viernes albergará la cumbre del G20 (con todo lo que eso conlleva en materia de seguridad), y frustró la definición de la Copa Libertadores.
En esta ocasión fue atacado el autobús que trasladaba al plantel de Boca Jrs al estadio Monumental para la revancha con River Plate y el duelo entre los dos equipos más populares del país quedó trunco.
Al menos por ahora, hasta que el Tribunal de Disciplina de la Conmebol falle sobre un pedido de Boca reclamando se le de por ganada la final y se castigue a River, pero que la entidad ya adelantó podría jugarse el 8 o 9 de diciembre en otro país.
El club "xeneize" apeló a los antecedentes al presentar su reclamo, incluida la expulsión que sufrió en el torneo ante ese mismo rival en octavos de final de la Libertadores 2015 por el lanzamiento de gas pimienta contra el plantel "millonario".
"Si debemos apelar al TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo de Lausana, Ndr), lo haremos", advirtió Daniel Angelici, presidente de Boca, al confirmar que irá hasta la última instancia de la justicia deportiva para lograr su cometido.
En el ataque al autobús de Boca por parte de fanáticos de River en un hecho que ya tuvo consecuencias políticas, además del conductor resultaron heridos varios jugadores del visitante que no estaban en condiciones de disputar la gran final.
River y Boca pactaron una tregua para atenuar los alcances de este papelón mundial y para "convencer" a la Conmebol de la necesidad de postergar el partido no sólo ese sábado, sino también al día siguiente, como se había decidido inicialmente.
La tregua se rompió con la presentación legal de Boca ante la Conmebol y su Tribunal de Disciplina, con la cual el rol que jugarán los abogados hoy parece más importante que los goles del "Pipa" Benedetto o de Lucas Pratto.
Así las cosas, la corona de la Libertadores podría llegar a definirse en los "escritorios", una constante en los últimos tiempos y también en esta edición que tuvo muchos reclamos legales, algunos de los cuales prosperaron.(ANSA).
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