Agencia La Oreja Que Piensa. Por Lucrecia. S. Cuesta (*). Dic 2023.
Si, lo matan cantando….Y quién lo ejecuta? Una Junta militar respaldada por la CIA, y la presidía un dictador militar, su apellido Pinochet. El 11 de setiembre de 1973, derrotan a Salvador Allende y lo matan, al igual que a cientos de hombres y mujeres.
Jara fue ejecutado durante su detención en el Estadio Nacional de Chile, y muchos dicen que mientras comienza a cantar Viva el Pueblo, una bala atraviesa su cuerpo.
Víctor Jara, era un hombre guapo de cabello rizado, cantante de folk y su esposa una mujer de nacionalidad inglesa. Tal vez desconocido para los EEUU, pero en Chile era un folklorista, un activista, y una estrella el carismático adalid de los pobres del país y un actor clave en la campaña electoral del Dr. Salvador Allende.
Había nacido en 1932 en el pueblo de Lonquén, el padre de Jara, Manuel era un campesino analfabeto, pero su madre Amanda era una cantante de folk, leída que desea un mejor futuro para su hijo, y decide mudarse a Santiago de Chile con toda la familia, siendo aún niño Víctor.
En la ciudad no había demanda para sus dotes musicales y la guitarra acaba criando polvo.
La familia luchaba por salir adelante y, en 1950, Amanda sufrió un infarto mortal.
Muy abatido Víctor pasó dos infelices años en un seminario católico y 1 año en el ejército para cumplir con el servicio militar obligatorio. Estudiaba para contable, cuando por fin se vio impelido a explorar el legado musical de su madre.
Allá por el año 1956 consiguió que lo acepten en la escuela de Teatro de la Universidad de Chile. Durante los años siguientes, la música fue su afición y el teatro su vocación. Y en un café bohemio de Santiago se hizo amigo de la folklorista Violeta Parra.
Víctor se unió a un grupo de folk llamado Cuncumén, cuyo nombre indígena era un indicio de sus verdaderas aspiraciones.
En 1959, poco después de la Revolución Cubana, cuando se hallaba de gira por el país con una compañía teatral se le concedió una audiencia con El Che Guevara. Y fue en 1964, durante un festival de teatro en Uruguay, cuando conoció al presidente del Partido Socialista Chileno, Salvador Allende.
La canción de Jara, cimentó el prestigio como cantante indómito y defensor del hombre común. Tanto Ochs, su compañera como Jara murieron porque creían en la importancia de protestar cantando. Y cantando las letras – El Aparecido – una canción que escribió para Quilapayún.
Gracias por siempre Jara, te mataron cantando para tu pueblo! “A veces vas por los cerros dejas su huella en el viento en la….y los cobija el silencio…!”
(*) Abogada y Periodista.