La bicampeona mundial estadounidense se despide del fútbol
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Fernando Lorezo. (*)
(ANSA) - WASHINGTON, 8 JUL - La estadounidense Megan Rapinoe, bicampeona mundial, histórica capitana de la selección nacional y una las máximas leyendas del fútbol femenino, anticipó que "colgará los botines" al final de la actual temporada.
"Con una profunda sensación de paz y gratitud, he decidido que esta será mi última temporada jugando este bellísimo juego", afirmó la delantera de 38 años que, además, es un estandarte de la lucha por los derechos de la comunidad LGBTQ+.
"Nunca hubiese podido imaginar la forma en la que el fútbol influyó y cambió mi vida para siempre", agregó en un mensaje publicado en las redes sociales Rapinoe, que se apresta para disputar el Mundial de Australia y Nueva Zelanda a partir del 20 de julio.
La delantera, que integrará el combinado que defiende la corona obtenida en las Copas del Mundo celebradas en Canadá 2015 y Francia 2019, fue también medalla de oro olímpico en los Juegos de Londres 2012 y bronce en los que celebró Tokio en 2021.
Sin dudas, su paso por el fútbol dejará huella y un legado que se extiende más allá de las canchas, pues además de su activismo en favor de los derechos de la comunidad LGBTQ+, Rapinoe fue una de las artífices de la lucha que permitió equiparar salarialmente a las integrantes del seleccionado femenino estadounidense, con sus pares de la selección masculina.
Luego de disputar el Mundial en Oceanía y de finalizada la temporada en la National Women's Soccer League (NWSL) con el equipo de OL Reign, la futbolista que se inició en Chicago Red Stars y jugó en Philadelphia Independence, MagicJack, Sydney FC, Seattle Sounders Women y Olympique Lyon pondrá fin a su prolífica carrera profesional.
"Estoy feliz de haber llegado hasta aquí y de que mi cuerpo haya soportado tanto tiempo", confesó la delantera en la previa del partido amistoso que su selección jugará este domingo frente a Gales en San José, California, antes de viajar al Mundial en el que Estados Unidos debutará el 22 de julio frente a Vietnam por el Grupo E que completan Portugal y Países Bajos.
"Quiero agradecer también a mi familia por estar siempre a mi lado a lo largo de todos estos años, a mis compañeras de equipo y entrenadores y también al fútbol, que me permitió conocer a muchas personas increíbles", agregó.
"Me siento tranquila porque integré una generación que cambió el fútbol femenino", completó la futbolista que recibió el año pasado la Medalla de la Libertad, máxima distinción en su país, de manos del presidente Joe Biden.
La misma Rapinoe que supo dejar plantado al entonces presidente estadounidense Donald Trump cuando pretendía colgarse de la gloria del combinado femenino.
"No iré a la puta Casa Blanca", bramó la delantera y capitana que se negó a cantar el himno nacional, como tantos otros colegas que protestaron así contra la discriminación de la población afro-estadounidense en su propio país, generando la ira del ex mandatario.
Ya había dado que hablar cuando en 2012 fue la primera estrella del fútbol femenino que reconoció públicamente su preferencia por las personas de su mismo sexo al admitir que había mantenido una relación con su colega australiana Sarah Walsh.
Luego inició otra relación con la basquetbolista Sue Bird, cinco veces campeona olímpica con el equipo nacional con quien contrajo matrimonio en 2015.
La figura de Rapinoe, siempre controvertida en sus declaraciones, trascendió al fútbol y la llevó a ser un personaje muy codiciado por los medios de prensa y los televisivos. Ahora, da sus últimos pasos en un deporte históricamente dominado por los hombres al que ayudó a cambiarle la cara y la mentalidad. (ANSA).
(*) Periodista
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