Reportaje a Alejandra Naftal, directora del Museo de la ESMA, museóloga de formación y ex detenida desaparecida por varios meses y luego liberada durante la dictadura.
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Sergio Ferrari
P: ¿Qué significa ese consenso social en torno a los derechos humanos al que se refiere?
Alejandra Naftal: Dos ejemplos. En 2017 la Corte de Justicia, que es el principal tribunal del país, promovió la introducción de la fórmula de 2 x 1, es decir, que cada año de detención se cuente doble para promover, así, numerosas libertades de militares condenados por crímenes contra la humanidad. En solo 24 horas hubo una masiva movilización popular en todo el país para oponerse a este “indulto disfrazado”.
La presión fue tan rápida y contundente que el parlamento decretó la inconstitucionalidad de esta decisión, que quedó sin efecto. Otro ejemplo: cada vez que en Argentina aparece alguno de los bebés desaparecidos -- hijas o hijos de detenidos desaparecidos-- que recuperan su identidad, se produce todavía hoy una verdadera celebración social.
P: Es difícil imaginar un Museo sitio de la “Memoria”, dado que la memoria es algo tan subjetivo e intangible…
AN: Sin duda que no fue fácil. Requirió mucha creatividad, consulta, reflexión, consenso. Sobre todo, porque hubo quienes propusieron destruir los edificios de la ESMA para construir aquí un gran parque.
Se luchó contra esta concepción. Una vez que se logró recuperar el edificio, casi destruido, del Casino de Oficiales, fue muy importante diseñar un espacio que expresara el objetivo principal.
Es decir, aportar, desde el Museo, a la reconstrucción de la memoria colectiva. Las personas que en número de decenas de miles lo han visitado desde su apertura hasta hoy nos expresan su reconocimiento.
P: ¿Concibe al Museo como un espacio donde se dan la mano el pasado y el presente de los derechos humanos?
AN: Una definición exacta. Es una construcción colectiva del pasado-presente. La presencia de la cuestión de género en nuestro Museo es significativa en ese sentido.
Insisto: esa construcción puede existir porque hay una demanda de la sociedad. ¿Cómo describir ese espacio de horror, reconvertido? Buscando formas que apelen a la sensibilidad y a la emoción.
Todo esto le da fuerza y valor a nuestra iniciativa ante la UNESCO. Algo más: vemos nuestra propuesta como reveladora, no solo de todo un drama nacional, sino también de un continente que padeció represiones brutales similares.
Por eso pensamos nuestra candidatura a Patrimonio Mundial desde una perspectiva amplia, nacional y latinoamericana.
P: Para terminar, es importante volver a su reflexión sobre reconstrucción de la memoria colectiva y la identidad y presencia de género…
AN: Un tema esencial. Desde que abrimos el Museo en el 2015, recibimos críticas de grupos de mujeres y de activistas de los feminismos. Señalaban que la muestra permanente no tenía perspectiva de género y no estaba en consonancia con el movimiento que se apropiaba de las calles, con la marea verde, de lucha por el aborto y para exigir justicia por los femicidios, entre otras reivindicaciones.
En paralelo, se desarrollaron los primeros juicios de lesa humanidad por los delitos contra la integridad sexual cometidos en los centros clandestinos de detención en la época de la dictadura.
Retomamos el tema en el Museo y en el 2019 inauguramos la muestra “Ser mujeres en la ESMA: testimonios para volver a mirar”. Convocamos a las mujeres sobrevivientes, académicas, juezas, abogadas y fiscalas que venían trabajando esta temática. Justamente, con la convicción que los espacios de memoria deben articular el presente con el pasado.
A través de un diálogo intergeneracional, cruzando los conceptos feministas con las experiencias de las mujeres ex detenidas Con la posibilidad de crear un espacio en el que puedan hablar y revisar su propia percepción de lo que fuera la experiencia en un centro clandestino.
Además, hicimos una autocorrección del lenguaje que utilizamos en la muestra permanente, haciéndonos cargo de nuestro propio olvido y de las ausencias y errores previos. Esa corrección está incluida en la exhibición.