Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina 2011. (Por Adolfo Pérez Esquivel)
Decidiste partir hacia otros horizontes y a la vez quedarte y estar presente junto a los pueblos, con tu solidaridad y apoyo incalificables, luchando por las causas justas en los caminos de liberación.
Fuiste forjando espacios solidarios a través de France-Libertès, que cumplió sus 25 años, que iluminó y alentó a grupos y movimientos sociales que encontraron en tu persona afecto y hermandad para continuar tejiendo la urdimbre de la esperanza, firme y solidaria en la lucha contra los totalitarismos, y las dictaduras militares que sufrimos en América latina y en otras partes del mundo.
Te encontramos en los caminos acompañando y reclamando los derechos de los pueblos, como los kurdos, los saharaui, en Medio Oriente, en Asia, entre otros.
Tu experiencia de vida te llevó a la resistencia contra el nazismo en la lucha por la liberación de Francia, donde fuiste templando tu espíritu y ansias de libertad.
Recuerdo los encuentros en París y tu permanente preocupación y solidaridad con los niños en el mundo y así pudimos dar vida y lograr construir la Aldea Jóvenes para la Paz en Argentina.
Tuvimos la alegría de tu presencia y que hayas podido compartir con los jóvenes momentos maravillosos, viendo la realización de una obra de la que fuiste iniciadora, con sueños que hoy son realidad.
Tu compromiso con la Verdad y la Justicia te llevó a la Ex ESMA,- Escuela Mecánica de la Armada, donde pasaron miles de compatriotas prisioneros, torturados, secuestrados y desaparecidos en la Argentina, niños también secuestrados y desaparecidos, lugar desde donde sacaban prisioneros para los vuelos de la muerte.
Estabas con nosotros acompañando el dolor y la resistencia de un pueblo. Nos acompañaba en el recorrido la actual presidenta de la Argentina, Cristina Fernández de Kirchner.
Cuándo te preguntamos si estabas cansada, tu respuesta fue “estoy reservando energía para continuar”.
Tu permanente preocupación por el medio ambiente, la democratización de la tierra y los recursos y bienes de la humanidad, como el agua que debe ser preservado de la ambición de los poderosos y defendido como un derecho vital para la vida planetaria, esa lucha fue uno de los grandes ejes de tu vida, que debemos continuar y defender.
¡Cuántos recuerdos y memoria compartida en ese caminar de la vida! Tenías la capacidad de borrar fronteras y abrazar a hermanos y hermanas en su lucha por derribar los muros de la intolerancia, la opresión y reclamar los derechos de todos y todas, superar los individualismo y pensar en nosotros y nosotras, sin especulaciones, con esa grandeza de espíritu y de conciencia crítica y valores.
Querida Danielle, no te decimos adiós porque sabemos que “estas reservando energía para continuar el camino”, desde donde te encuentres te damos un fuerte abrazo.
Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de La Paz 1980.