No siempre es fácil sintetizar los grandes temas de la humanidad en pocas palabras o explicar el complejo entramado internacional con sencillez. Detrás de cada concepto, la síntesis y la riqueza pedagógica. Algunas de las virtudes de Ignacio Ramonet, periodista, doctor en Semiología y en Historia de la Cultura, investigador, analista y por sobre todo, militante social. Por la vigencia de sus ideas y de los temas abordados, La Oreja que Piensa reproduce una parte de la entrevista que le realizó el periodista Sergio Ferrari, el 12 de octubre de 2006.- Paralelo a la dinámica dominante, se constata una enorme avalancha continua de información. Se vive, también, la paradoja de mayor cantidad de información y, al mismo tiempo, una ciudadanía planetaria que parece estar cada día más desinformada. ¿Es real esa paradoja?
- Coincido plenamente con el enunciado y agradezco que introduzcas este tema. Es muy real esta contradicción principal. En un mundo que en razón de los grandes avances tecnológicos, especialmente de los últimos 15 o 20 años, produce más información que nunca –la avalancha gigantesca de la que hablas- a través de prensa escrita, radio, TV e Internet. Pero en el que al mismo tiempo se constata un fenómeno creciente de desinformación o mala información.
Los medios de comunicación tan desarrollados en lo tecnológico, han cambiado de campo, se han pasado al adversario.
LA VERDAD COMO RESPUESTA
- ¿En ese sentido se inscribe su tesis, lanzada hace sólo algunos años en el marco el Foro Social Mundial, sobre la necesidad de una “ecología de la información”?
- Lancé esa idea en Porto Alegre en la perspectiva de impulsar la creación del Observatorio Internacional de los Medios que se materializó. En la perspectiva de promover un quinto poder y que los ciudadanos trataran de recuperar una información propia, limpia, contra la información del poder.
La información, de la misma manera que nuestra naturaleza y el medio ambiente, se ha contaminado con parásitos, bacterias y pesticidas. Y de igual forma que intentamos defender el medio ambiente, debemos también tratar de desintoxicar la información de todas las mentiras. Y esto pasa por una reapropiación. Internet lo permite hoy. En ese marco tan pesimista que describo, hay luces de esperanza.
En particular porque existen, gracias a Internet, muchas redes que tratan de contrainformar. Y nunca como ahora fue tan eficaz la contra-información.
- ¿Se han dado pasos positivos o avances concretos en ese camino de reapropiación de la información por parte del ciudadano?
- Existe la conciencia que los medios no están funcionando como corresponde. Pero es difícil pasar de esa conciencia a la acción. La experiencia de los últimos años me indica que muy rápidamente se puede caer sólo en el discurso militante. Y se piensa que por decir lo contrario que dice la prensa dominante ya es bueno. Pero a veces lo contrario no es correcto o no es suficiente. Los ciudadanos sienten que la información no funciona pero no cada individuo es un periodista. No es tan simple trabajar la materia prima informativa.
ALTERMUNDIALISMO: ACTOR NOVEDOSO
- Disputas y búsqueda de alternativas…Tanto en los medios de comunicación como, más globalmente, en la sociedad. ¿Qué etapa transita el movimiento alter mundialista que se bate por “otro mundo posible”?
- El altermundialismo, la búsqueda de opciones y alternativas a nivel planetario, ha sido una de las grandes novedades de estos últimos 7 u 8 años. Indiscutiblemente es el actor político nuevo que más curiosidad e interés ha suscitado. Al cabo de los 6 años de la creación del Foro Social Mundial, que es el elemento catalizador de este movimiento, estamos en un momento de reflexión. Sin duda el entusiasmo de los dos o tres primeros años – ndr entre el 2001 y el 2003 se reunió en Porto Alegre decayó un poco. Nunca fue tan intenso como ahora el sentimiento que hay que hacer algo diferente porque lo que está en marcha a nivel de modelo planetario no marcha. Pero nos damos cuenta que el movimiento está patinando. Es decir, dando vueltas sobre sí mismo.
Hay que reconocer que el espacio político e ideológico del FSM se ha reducido. Y lo digo teniendo en cuenta dos criterios. La confrontación central hoy es entre los Estados Unidos y el islamismo radical. En ese escenario el movimiento altermundialista se distancia de uno y de otro. Tanto del neo militarismo estadounidense como del islamismo radical y sus métodos espantosos. En esa confrontación, se juega un papel de “observador”. Y en política, todo rol de observador implica inercia y falta de iniciativa.
El segundo aspecto. El movimiento surgió con la idea central de que las cosas se pueden cambiar desde abajo. Que no es necesario conquistar el poder para cambiar una realidad, en continuidad con el pensamiento zapatista del subcomandante Marcos. Que de una u otra forma sostiene que se puede cambiar la sociedad cambiando cada elemento de la misma, desde abajo. Y luego, sea cual sea el gobierno, éste va a tener que aceptar la realidad de una sociedad cambiada. Era en cierta manera, una de las ideas predominantes en torno a las cuales surgió el FSM.
Pero en América Latina, justamente donde nació el Foro, llegaron al Gobierno diversos actores progresistas, sea en Brasil, Bolivia, Argentina, Venezuela etc. Y están logrando cambiar las cosas.
Recapitulo: ante el hecho de ser mero espectador del enfrentamiento principal actual a nivel planetario y de ver que las transformaciones se hacen desde el poder reformado a través de gobiernos progresistas…el movimiento se ha reducido.
Creo esencial que el movimiento altermundialista escoja su campo y fije un programa. Lo propuse hace dos años en Porto Alegre junto con una serie de personalidades. Encontramos una docena de puntos que hacían la unanimidad aunque manteniendo la diversidad. Sigo pensando que hay que integrar esos doce puntos como objetivos y empujar todos hacia el mismo lado. De esta forma el movimiento recuperaría un sentido y se comprometería con una posición política.
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