Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina 2010 (Por Juan Carlos Chaneton)
En la mañana temprano del martes 14 de diciembre, la edición digital del diario La Nación titulaba: “Cristina ordenó cortar el diálogo con Macri”. Por la tarde del mismo día, a eso de las cuatro, la misma edición digital comunicaba que “Cristina convocó a Macri a la Rosada”.
Se trata del diario La Nación lanzado a plantar más cizaña, a describir un escenario de caos social inmanejable y a amplificar -mintiendo- las operaciones “sociopolíticas” a cargo de los acérrimos enemigos del gobierno -tanto de la Ciudad como de la Provincia-.En suma: Macri y Duhalde son los padres del desmadre.
Este último operó desde los EE.UU., es decir, desde fuera de su país, para criticar al gobierno de su país, algo que jamás se permitiría ningún político europeo, japonés o norteamericano con pretensiones de estadista. Está contraindicado. Es políticamente incorrecto y más propio de un “país bananero”.
Y eso que nos estamos refiriendo a las formas. Si vamos al fondo del asunto, que Duhalde grazne que en la Argentina hay un “estado de preanarquía” es hacer befa de los dos muertos que tiene pendientes, cuando ordenó -como Sobisch- reprimir el conflicto social a sangre y bala. Las órdenes de Duhalde segaron la vida de Darío Santillán y de Maximiliano Kostecki; así como las del sinvergüenza que se fue a vivir a Neuquén y devino gobernador costaron la irreparable pérdida de un hombre como el maestro Fuentealba que, al contrario de Sobisch, era útil a la sociedad.
En cuanto a Macri, se trata de un mediocre sin valores al que ya se le ha picado el boleto incluso en los espacios ciudadanos que lo votaron: mentía cuando, en plena campaña, aseguraba que tenía un plan de gobierno. En realidad, Macri no sabe qué hace con la Ciudad de Buenos Aires.
Sólo está seguro de algunas cosas: odia a la periferia pobre de la región; ama el dinero fácil y abundante que fluye de los negocios inmobiliarios a cargo de su cuñado y amigo Calcaterra y… nada más. Un tilingo peligroso si llegara a manejar el país, lo cual no ocurrirá según parece, aun cuando hay muchos argentinos que piensan como Macri.
Pruebas abundantes ha dado la historia acerca de la psicología del hombre simple. Éste no admira la inteligencia, sino el poder; no quiere pensar, pero anhela obedecer.
Lo único que detesta un pobre es a otro pobre. El bombardeo alienante que propone modelos sociales masificados e identificados con el éxito, la belleza y el bienestar ha logrado esta realidad social de hoy. La cual, sin embargo, tiene matices.
El primer presidente argentino fue boliviano pero esto es demasiado para el potencial reflexivo de algunos. No es la propia inepcia del argentino sino el boliviano o el paraguayo que le “quita el trabajo” la causa de las frustraciones de aquél. Pero, repetimos, hay matices.
No les parece bien a muchos vecinos de Soldati que un espacio verde sea ocupado. Y tampoco les parece bien esa actitud desesperada, con mucho de grito elemental y atávico, a los propios ocupantes del espacio verde.
Ellos han dicho que no quieren quedarse allí. Ellos han dicho que hace demasiados años que sufren el hacinamiento en las villas y la usura en los hoteluchos y que nadie les ha llevado el apunte hasta el día de hoy. Por eso decidieron hacerse visibles. No está bien -dijeron- pero no nos quedaba otra…
El tiempo dirá
Néstor Kirchner decía que, con voluntad, se podía. Alguna vez insinuó, también, que a la voluntad había que ayudarla con huevos, esto es, con valentía para enfrentar a las corporaciones que todos los presidentes, a su turno, temieron. Cabe, entonces, la pregunta: ¿hay una política habitacional de carácter y alcance nacional? Que Macri no la tiene para la ciudad ya ha quedado dicho y claro.
Pero, el gobierno nacional, ¿la tiene? Con voluntad alcanza. Porque la plata está. La pregunta, en rigor, es esta: ¿cuándo se implementará el Plan Nacional de Erradicación de Villas de Emergencia? Esto debe hacerse a lo largo y a lo ancho del país.
Pero el tema es complejo, porque no se trata de desarrollar un barrio con materiales de tercera para “escriturárselos” a sus legítimos propietarios que, a los cinco años, verán degradarse sus modestísimas viviendas debido a que el jefe de la familia no tiene trabajo para sostener esa jefatura en un nivel de dignidad aceptable.
Entonces, hay que adosarle a lo otro, el Plan Nacional de Empleo, que también deberá extenderse por toda la geografía argentina. La plata para este Plan, ¿está? ¿Y la voluntad?
La derecha de este país -la que detesta el modelo “nacional y popular” que encarnaron los Kirchner- ha batido palmas durante el último mes debido, entre otras razones, a que el gobierno paga al club de París sin “manotear” ninguna caja sino proponiendo una “razonable” escala de financiamiento
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También se alegra la derecha porque ve en las desventuras judiciales de Moyano “la mano de Cristina”. Por qué razón querría Cristina pegarse un tiro en el pie es algo que la derecha no dice. Pero se alegra con la probabilidad de que Moyano siga los pasos de Zanola.
Aplaude la derecha porque al fin vino el FMI. No lo habrá hecho para fisgonear las cuentas ni para decirnos que lo mejor es endeudarnos; pero vino, que es lo importante. Sigue felicitándose la derecha pues en la Cumbre Iberoamericana Argentina jugó con los “países serios”, se opuso a condenar a EE.UU. debido a que este país espía a sus aliados y a los que no lo son y dejó solos a Chávez, a Correa, a Evo y a Cuba, nada menos.
Dice también la derecha que antes, si Lula hacía una cosa, Néstor hacía la contraria. Pero ahora, con Cristina, es distinto. Pruebas al canto: reconoció al Estado Palestino inmediatamente detrás de Brasil.
Asegura la “droite” vernácula que Cristina ya no ataca a los diarios en sus discursos, lo cual esta muy pero muy bien. No como hacía el otro.
Y, por fin, el gobierno ahora invita a la oposición a algunos actos; Scioli tiene un margen de maniobra que antes no tenía y… aquí viene lo bueno: el gobierno estaría por autorizar un aumento de tarifas en los servicios públicos.
Todo eso dice la derecha. Y se la ve bien.
Lo cierto es que, lo que está en juego, es qué hacer con este modelo. Cristina-Heller sería una señal en dirección de la profundización. Cristina-Gioja probaría, más o menos con certeza, que se ha optado por desacelerar.
Y el modelo todavía se puede profundizar un poco. Poner al Banco Central al servicio de la producción fue todo un hito. Ahora falta reformular hasta el hueso la Ley de Entidades Financieras.
Eso sería un golpe a las ganancias truchas de los bancos, que lavan, fugan y le meten la mano en el bolsillo al cliente hasta niveles insospechados. El proyecto Heller va en ese sentido. ¿Tendrá Cristina la voluntad que Néstor seguramente habría tenido?
El tiempo dirá. Y eso que todavía no hemos tocado el tema reforma agraria.
En los sucesos de Soldati el macrismo aludió, entre otras calumnias xenófobas y discriminatorias, a las relaciones de los “sin casa” con redes ilegales de trata, lavado y narcotráfico. Pero lo cierto es que el cáñamo grueso de esas redes no está allí, sino que es “delito de cuello blanco”.
Los que lavan y los que se nutren financieramente de los tráficos ilícitos son empresarios que viven en countries, en “nordeltas” y en barrios parque o en sanisidrenses “puntas chicas”, de cara al río, remanso de paz y quietud por las tardes del estío.
Se trata de las redes de ilegalidad de los burgueses argentinos que estuvieron y estarán detrás de todos los golpes de Estado y/o guerras contra el pueblo que se libraron en el pasado y que se librarán en el futuro.
Estos delincuentes de saco y corbata son marginales, no empresarios. Evaden y no crean empleo. Lucran y fugan sus ganancias. Incumplen la legislación laboral y provisional. Esas son redes. Eso es ilegalidad.
Pero a nadie se le ocurre mandar a la gendarmería a la City y a los cubículos donde estas ratas de albañal tejen y destejen sus programas delictivos y antinacionales.
La derecha se muestra más sosegada y tranquila ahora que con Néstor. Si todo es estrategia de Cristina… chapó (es decir, me saco el sombrero).
En caso contrario… habrá que ver.
El tiempo dirá.
Juan Chaneton
jchaneton022@gmail.com