Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina. Julio 2009. (por Antonio Fernández (*)
Tal vez los primeros días del mes de agosto Floreal Avellaneda –el negrito, como lo llamaba su familia- pueda descansar en paz. En esos días el Tribunal Oral Federal número 1 integrado por los jueces Lucila Larrandart, Marta Milloc y Héctor Sagretti deberá anunciar el fallo que condenará a los responsables de su muerte y del secuestro de su madre, Iris Pereyra de Avellaneda.Una historia que debe ser contada
El negrito El negrito Floreal Avellaneda tenía 14 años cuando fue secuestrado. Su cuerpo mutilado y sin vida fue encontrado en la costa uruguaya en 1976. Pasaron 33 años para que el caso llegue a juicio oral y público.
En el banquillo de los acusados están sentados seis represores: los ex miembros del Ejército Santiago Omar Riveros, Ernesto Verplaesten, Osvaldo Jorge García, Raúl Horacio Harsich y César Amadeo Fragni, y el ex policía Alberto Aneto. El juicio comenzó en abril de este año y es el primero de la megacausa sobre los crímenes que se cometieron en la zona de Campo de Mayo.
El Negrito había nacido en casa de una familia de obreros. Su padre era delegado en una fábrica metalúrgica en la zona norte. El 15 de abril de 1976 un grupo de personas uniformadas del Ejército entraron en la casa de los Avellaneda buscando al padre, quien puedo escapar por los techos. Pero se llevaron a Iris Pereyra, su mujer, y a su hijo Floreal a la comisaría de Villa Martelli. Allí fueron torturados. Esa fue la última vez que Iris lo vio con vida.
Iris sobrevivió y dio su testimonio en el juicio a las juntas militares en 1985. El cuerpo del Negrito fue encontrado un mes después en las costas uruguayas. Sus pies y sus manos estaban atadas y tenía signos de haber recibido una brutal tortura.
La importancia de Campo de Mayo
En el predio de 5.000 hectáreas de Campo de Mayo, ubicado a sólo 30 kilómetros de la Capital Federal, existió “El Campito”, un centro clandestino de detención que se encontraba cerca de la plaza de tiro, la pista del aeródromo y el campo de paracaidistas.
Por ese lugar pasaron más de 5.000 hombres y mujeres, que en su mayoría fueron tirados al mar en los llamados “vuelos de la muerte”, y los pocos sobrevivientes permanecieron golpeados, encapuchados y esposados sin poder hablar ni moverse.
Las mujeres
Allí también funcionó una maternidad clandestina en el hospital militar Juan Madera, donde eran alojadas sin registrar las mujeres embarazadas en el momento del parto. Los niños nacidos en cautiverio todavía no han podido recuperar su identidad. Se estima que 27 nacimientos corresponden a esta zona de influencia, denominada zona 4.
La zona de la muerte
Campo de Mayo, después de la ESMA, fue el mayor centro clandestino de detención de la Argentina. En su área de acción estaban los distritos de Escobar, San Martín, Tigre, San Isidro, San Fernando, General Sarmiento, Tres de Febrero y Vicente López, donde en 1976 vivían dos millones de personas.
Allí participaron no solamente las cúpulas del Ejército. También tienen responsabilidades médicos, parteras, enfermeras, personal religioso, quienes con la complicidad de muchos civiles, fueron instrumentos de desarticulación de todo tipo de organización social, que representaba la conciencia nacional y popular para imponer un proyecto económico-político-liberal de exclusión para nuestro país y hegemónico para la región.
Memoria Colectiva
Tuvieron que pasar 30 años del último golpe cívico militar en la Argentina para que se pudiera realizar el primer acto convocado por la Comisión por la Recuperación de la Memoria de Campo de Mayo, integrada por sobrevivientes del centro clandestino, familiares, organismos de Derechos Humanos, organizaciones sociales, sindicales, docentes, etc.
Desde este hecho significativo, la Comisión desarrolló actividades culturales, musicales y educativas promoviendo encuentros para contribuir en la búsqueda de los niños que fueron apropiados, y principalmente para recuperar la memoria sobre estos hechos y que se de cuenta del sometimiento que ejercía el “Estado Terrorista” a toda la población.
Señalización
El trabajo de la Comisión fue incansable durante estos años. En la primera de la marchas realizadas hacia el interior de Campo de Mayo, se colocó frente al hospital Militar una placa recordando a las compañeras y compañeros detenidos desaparecidos que pasaron por el lugar. Y en homenaje a ellos se planto un árbol. Al año siguiente en un acto realizado frente a la maternidad clandestina, se recordó a las mujeres embarazadas que pasaron por el lugar y a sus hijos robados, dejando nuevamente la señal en una placa.
En marzo del 2008, durante un nutrido acto con la participación de los abanderados de más de setenta escuelas de la región, familiares, organizaciones sociales, sindicales, estudiantiles, religiosas, vecinos y organismos de Derechos Humanos, se inauguró el monumento que señala que allí funcionó un centro clandestino de detención.
La Comisión Campo de Mayo
La Comisión por la Recuperación de la Memoria de Campo de Mayo impulsa desde hace cinco años el rescate de la memoria en el marco de la verdad y justicia. En todo este tiempo contribuyó a mantener viva la historia reciente de nuestro país, fomentando el estudio, la investigación y la difusión de los hechos vinculados al terrorismo de estado. Otra de las tareas que lleva adelante es la recopilación, archivo y cruce de datos existentes tendientes a facilitar la investigación académica y judicial para la búsqueda de la verdad histórica y la justicia.
En muchos casos ha colaborado e incentivado en la reconstrucción de la historia reciente de las diferentes comunidades, como vehículo de formación de su identidad y preservación de sus valores. En la educación el aporte ha sido significativo. A partir de la difusión del trabajo, ha logrado ser un espacio de consulta permanente. Acompaña y asiste a las victimas y familiares en los procesos judiciales desde su equipo de abogados.
Las causas judiciales vinculadas a Campo de Mayo
La causa Campo de Mayo lleva varios años en los tribunales de San Martín. Hoy existe un equipo de abogados y querellantes que se reúne periódicamente para trabajar en conjunto con las nuevas pruebas aportadas, que tiene el objetivo de unificar todas las causas en una megacausa.
(*)Antonio Fernández es integrante de la Comisión por la Recuperación de la Memoria de Campo de Mayo.