Agencia La Oreja Que Piensa.(Por Ignacio Carrasco Palmer)
En política siempre habrá más para asustarse que para aplaudir.
Sin embargo, a veces, vale la pena observar ciertos movimientos.
El Ministerio de Educación de la Nación financia excursiones escolares en la 1ra sección del Delta del río Paraná.
Los chicos de 6to grado pasean en catamarán acompañados por algún idóneo guía del Centro de Guías de Tigre que, contándoles la historia, la geografía, la fauna y la morfología del lugar; los introduce en otros aspectos más cotidianos de la vida en este gran mosaico de humedales albardonados como se lo denomina geográficamente.
Aquí los alumnos van a las escuelas públicas en lanchas colectivas y pescan todos los días esperando clemencia del viento y las mareas.
Estas fuerzas que en combate o ritual amoroso dominan la vida del gran estuario rioplatense.
Los visitantes, alumnos continentales de 10 años, descubren y redescubren el río en su máximo esplendor de ramificaciones y desembarcan en una isla donde se encuentra la casa que supo tener Domingo Faustino Sarmiento en el delta.
En esta casa, hoy convertida en Museo y Biblioteca, son recibidos por otro guía que les da una reseña sobre cómo fue la vida insular de nuestro prócer.
Los chicos visitan la casa de Sarmiento, la biblioteca, la colección de nidos de aves del delta, miran de cerca los frutos y las flores y realizan un pic-nic en el parque bajo los mimbres, ceibos y sauces.
De regreso se intercambian opiniones del paseo y por último se recorre en micro una parte del casco histórico de Tigre donde se observan casas antiquísimas de estilo italianizante con fuertes rasgos franceses e ingleses, herencia patrimonial arquitectónica difícil de conservar en tiempos de invasivas torres monstruosas.
Por supuesto muchos podrán decir que el dinero utilizado en estos gastos educativo-turísticos, podría destinarse a otras áreas o prioridades.
Pero los chicos que vienen, llegan desde lugares muy diversos y carenciados, con escasas posibilidades de realizar este tipo de salidas con sus propios medios.
Quizás el reflejo del agua ilumine también la conciencia de nuestros recursos nacionales y sin duda se divierten como peces en el agua.
El ministerio les suministra todos los transportes, incluido el catamarán, los guías y una vianda para el pic-nic. El paseo podría ser más largo, pero vale como acción de educación y esparcimiento.
El conocimiento geográfico es fundamental y las vivencias en tiempo y espacio real, entregan una experiencia inalcanzable para las aulas y los libros.