Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina. 2010 (Por Julio Azzimonti)
“Yo digo que estoy haciendo la música del Gran Buenos Aires. No porque haya creado un género nuevo sino porque desde la canción urbana trato de cantar y mostrar que nos pasa a los habitantes de esta región del país”, cuenta Oscar Peretto, quien recuerda que es cantante desde hace 35 años.Peretto es un artista que forma parte de la cultura del conurbano. Y su destino comenzó mucho antes de nacer en aquel día lluvioso. Estuvo marcado por el último traslado que Ferrocarriles del Pacifico (hoy San Martín) le dio a su abuelo materno don Sebastian: la Estación Muñiz. Luego su padre se vino desde Luján, “y ahí empezó todo”, afirma
Cuando resume su historia (que también detalla en su página www.oscarperetto.com, donde
también incluye fotos, videos e información de sus trabajos), recuerda especialmente el día que llegó el piano a su casa (“era alemán y tenia Pianola”), el primer instrumento que estudió. Y también a los Reyes Magos que le trajeron su primera guitarra.
De aquellos días hasta el presente desarrolló una destacada carrera profesional como cantautor, pero también se dio espacio para la docencia. Enseña guitarra desde hace diez años en el Centro de las Artes -dependiente de la Universidad de General Sarmiento-, y serigrafía en la Aldea Jóvenes Para La Paz, un proyecto de la Fundación “Servicio Paz y Justicia” presidida por Adolfo Pérez Esquivel, Premio Nobel de la Paz, un espacio ubicado en General Rodríguez que se ocupa de la población adolescente en situación de riesgo.
- ¿Cuantos trabajos llevas editados?
- Por ahora son cinco. El primero fue a mediados de los ’90 y lo realicé con el grupo La Cocina, que estaba integrado por Sonia y Daniel Abán, Lucho Gardeano, Nancy Sartelli y Silvina Arcieri. Después, ya como solista, llegó “Nadie nos verá jamás”, trabajo donde tuve la suerte de compartir el estudio con muchos músicos amigos. Más adelante tuve dos experiencias con producciones de solo cuatro temas: “Del Gran Buenos Aires” y “Oscar Peretto”. Y ahora estoy difundiendo el último, que se llama “Terrazas”.
- Explicá un poco que es “Terrazas”…
- “Terrazas” en un CD que cierra una etapa en donde elegí las canciones que más me representaban o me gustaban y realicé nuevas versiones. En esto me ayudó mucho el arreglador Charly de Hoz y el técnico de grabación y pasterización Mariano de Hoz. Para este trabajo participaron como músicos Sonia Abán, Jorge González, Nacho Albarracín y Cristina Preiti. Este CD se está escuchando en radios de la Argentina, de Centroamérica y de España. El tema que elegí como punta de difusión es “Deseo”.
- Si cerraste una etapa, ¿se puede suponer que estás encarando una nueva?
- Si, tengo un par de proyectos en marcha. El primero es terminar de pasterizar la obra “María Morena”, con la musicalización de poemas tuyos. Lo diferente es que más allá de mi trabajo personal, las canciones fueron dadas a distintos artistas, quienes les darán sus estilos a las versiones. En este trabajo participan Carlos Alonso, Claudio Dángelo, Gustavo Suárez, Adriana Nano, Hugo Pardo, Sonia Abán, Charly de Hoz, Emiliana Piccini, Diego Passarini y el Sapo Rodríguez. La idea es editarlo para este año junto con el libro de poemas y tres acuarelas del artista plástico Pedro Gaeta.
El otro proyecto que está en marcha es el CD “Estados de Ánimo” que estamos grabando junto con el músico Claudio Dángelo, con composiciones de ambos. Pensamos editarlo también este año y ya estamos trabajando junto al violinista Alejandro Ortiz en algunas presentaciones.
- ¿Cómo definís la música del conurbano, si es que se puede?
- En realidad no es un género, porque en la música del conurbano confluyen todas las corrientes que nos han influido desde que comenzamos a escuchar música. Lo que la une como estilo son las letras de las canciones. Tratamos de contar lo que nos pasa, lo que sentimos, sufrimos y también el amor, las esperanzas. En mi caso, de chico tuve formación clásica porque estudié piano y guitarra en el conservatorio. Cantábamos en casa y escuchábamos folklore. Luego llegaron los Beatles, el rock y sobre todo la vivencia de la gestación del Rock Nacional que me marcó a fuego. En mi adolescencia tuve la oportunidad de escuchar casi en familia al Dúo Salteño, cantando a Leguizamón y Castilla, lo que me produjo una apertura a formas musicales y poéticas que no conocía. Y más adelante descubrí a Ástor Piazzolla. Todo eso confluye en lo que hago. Es como el Gran Buenos Aires, acá estamos todos.
- ¿Y cómo habría que llamarla?
- Música del Gran Buenos Aires, del conurbano. A mí particularmente la palabra suburbano no me gusta porque no define nada. París también tiene suburbio, lo mismo que Córdoba y no es lo mismo. Además, eso de “sub” me da la idea de estar por debajo, atrás. No sé, es una idea mía.
- ¿Qué corrientes hay circulando por esta gran franja estética?
No sé, hay mucha gente en sintonía pero no en forma articulada. Sucede que a algunos artistas no les interesa la pertenencia al conurbano y prefieren canalizar su obra en la Capital Federal o expresar cosas más universales, lo que no está mal. De hecho, todavía la gran caja de resonancia sigue siendo la Ciudad de Buenos Aires. Al respecto estoy organizando para el 26 de septiembre en el auditorio de la Universidad Nacional de General Sarmiento, en San Miguel, el Primer Encuentro de Cantautores del Gran Buenos Aires, donde estaré con Juan Carlos Alonso, Heriberto Lobera y Florencia Ruiz.
También estoy trabajando con Claudio Dángelo en el lanzamiento de lo que llamamos “Música del Gran Buenos Aires”. Luego vendrá un audiovisual con la música de la chacarera: “La del Buen Ayre”. Y conformaremos un sitio como Facebook o Folclorear, donde nos vamos a juntar todos aquellos que pertenezcamos al conurbano.
- ¿Hay una estética del conurbano?
- En la práctica te diría que la obra “María Morena” resume la respuesta. Son nueve canciones que acompañan al libro, donde a pesar de que yo las compuse, van a tener cada una su onda de un intérprete distinto. La música electrónica, el rock sinfónico, el candombe, el folclore, el tango. El zanjón de María es el Gran Buenos Aires. Donde estamos todos. Eso se debe a los arreglos de los temas que hicieron los distintos intérpretes. Aparte, la historia leída me da la sensación de que sólo puede pasar en el Gran Buenos Aires.
- ¿De dónde proviene y quiénes son sus actores y gestores?
- Nosotros, ustedes, los vecinos, los que estamos en el zanjón.