El Martín Fierro es un texto universal en la literatura latinoamericana. A 150 años de su publicación se merece más que un homenaje.
Agencia La Oreja Que Piensa. Por Reina Robledo (*)
A 150 años de “El Martín Fierro” de José Hernández podemos considerar esta obra literaria, el poema épico argentino por excelencia que simbolizó en su personaje Martín Fierro las idiosincrasias, costumbres y características del gaucho del Siglo XIX.
Entre esas características hay singularidades sobre las que los invito a pensar. Fierro, el gaucho martirizado por el poder hegemónico de la época, despojado, ninguneado, excluido, marginado por el contexto que le tocó vivir o que le obligaron a vivir.
Ese personaje que aún en los momentos más crueles, desesperados e injustos cuando el hambre corroía sus tripas o cuando tuvo que vestir en harapos a causa de las desigualdades y los abusos del poder, no renunció jamás a sus valores.
Si bien cometió un crimen estando “pedo” como el mismo poema lo plasma en sus versos. Arrastró la culpa del crimen cometido hasta los últimos días de su vida.
Detenido injustamente por no querer votar a quien se le indicó que votase, reclutado en la milicia por fuerza, cuando no soportó más se hizo “recertor” dicho en sus palabras y en esa huida escondiéndose, prófugo de la “ley” resulta inevitable hacer un paralelismo con los excluidos y marginados del actual sistema argentino.
Basta con mirar hacia todos lados y ver a cientos de miles de “Martín Fierro” en el Conurbano Bonaerense y en otros lugares de nuestro país que sufren.
Seres reales, no ficcionales, que la sociedad actual, no incluye, segrega y estigmatiza, pero que reinventan sus historias de vida para sobrevivir cada día.
Al tratar de darle voz a los que no tienen voz, reivindicando la figura de este gaucho se me presenta la figura de otro personaje singular en la obra, “Cruz” quien representa “La Ley” siendo sargento de la Policía Rural, es decir, la mano ejecutora de esa ley…
Es quien junto a sus hombres debe capturar a Fierro, es su personaje oponente, según diversas teorizaciones literarias. Cobra tanta importancia en la obra, que hasta Jorge Luis Borges lo nombrara en su cuento: Biografía de Tadeo Isidoro Cruz.
Es el que se encuentra en el bando opuesto, lo busca incansablemente para apresarlo y detenerlo, eso era lo que le habían encomendado, pero cuando al fin lo encuentra se produce un quiebre en el relato borgiano y se coloca del lado de Fierro.
Al decir del autor del cuento “ese momento en que un hombre toma conciencia de qué lado debe estar”. Cruz y Fierro. Fierro y Cruz…
Dos lobos esteparios que unen sus fuerzas para revelarse en contra del sistema dominante que los martiriza a ambos y los coloca en el mismo plano, en el plano de las injusticias y las desigualdades que se ven obligados a enfrentar al igual que tantos argentinos a través de estos 150 años.
Cuando miro hacia atrás y llego hasta mis días, solo me queda una pregunta dando vueltas en la cabeza ¿ustedes de qué lado estarían?
(*) Profesora en Letras. Especialista universitaria. Docente de Nivel Superior.