Agencia La Oreja Que Piensa. Por Oscar Peretto (*)
Fotos: Eduardo Martí
Cerca del 23 de enero, dia del cumple de Luis Alberto Spinetta, se me vinieron a la cabeza imágenes del flaco y de la manera que estuvo acompañandome durante muchisimos años.
Lo primero que recordé fueron mis doce años trabajosamente tratando de componer mis primeras canciones junto a un par de amigos.
En esos años uno de ellos trajo a casa los discos de Almendra, el primero y el doble. Fue un flash, un viento nuevo.
De repente todo lo que había tocado y escuchado me parecía viejo, simple, vacio… eran tiempos sin internet en que la televisión y los medios no se ocupaban de la mùsica progresiva, como la llamabamos en esos dias; Rock Nacional es una denominación que llegaría con Malvinas y hoy nos gusta denominarlo ROCK ARGENTINO.
Un día accedí a la revista PELO y pude juntar el nombre de cada uno de los integrantes con sus caras.
Un año mas tarde me fui a C.A.B.A. en ese entonces decíamos ir al centro, a buscar el disco solista de Luis, imposible conseguirlo en San Miguel vaya a saber porque, me obsesione con el tema: “Ni cuenta te das”.
Además de escucharlo, lo tocaba todo el dia.
El asombro siempre llegaba de la mano de este enorme mùsico que daba la sensación de estar años adelante a sus contemporáneos.
Para muestra de lo que digo en el término de dos años, nos regala PESCADO RABIOSO (un LP y un disco doble) y ARTAUD.
Otro recuerdo que se asoma por el año 75 son las mañanas y el almuerzo en casa antes de salir para el colegio escuchando a full, incansablemente a INVISIBLE y otro disco impresionante de esa epoca: “MELOPEA ” del imprescindible LITTO NEBBIA.
Así puedo conseguir recordando… en algún momento las nuevas producciones de Spinetta me las acercaban los alumnos, luego mis hijos, hijos de amigos y la redes sociales.
El flaco ocupaba el lugar que su talento, genio y trabajo merecía.
Al enterarme de su enfermedad, luego de la canallada de un medio, hice una escucha restropectiva y volví a dimensionar a este tremendo artista, inigualable y que por suerte atraviesa y atravesará todas las generaciones, algo que solo es patrimonio de los grandes artistas.
Lo reafirmé y me acordé del flaco el dia que escuché en vivo a Paul Mc Cartney, abuelos, hijos, y nietos, todos felices, disfrutando, sensibilizándose, bailando y cantando.
Solamente Luis puede sensibilizar a sus escuchas y a sus pares al punto de generar otras obras de arte como RAIZ SPINETTA un CD triple, donde partipan mas de 50 musicos enormes o dejarnos el recuerdo y el registro del concierto “LAS BANDAS ETERNAS”.
A veces imagino mis 12 años con la tecnología actual, la posibilidad de escuchar música de forma inmediata, en cualquier sitio, con grabaciones e instrumentos de mejor calidad y tècnica, acceder a toda la información que necesito al toque y la verdad es que como fue, estuvo bien.
La ansiedad de la espera, poner el tema una y otra vez hasta pegarla con los acordes y terminar de escribir la letra , esperar la PELO para leer data que seguramente ya era vieja y quedarme despieto hasta las 4 de la mañana para escuhar ALTERNATIVA, en radio Antartida, creo que el unico prograna de esa epoca que se ocupaba del ROCK.
Toda esa época tuvo su magia, esperar cada tema, cada disco del flaco y de los otros mùsicso de los setenta era como crecer y vivir con ellos y de ellos.
(*) Músico. Coordinador del área de música de la UNGS.