Agencia La Oreja Que Piensa. Por Luis Blaugen- Ballin (*)
Hace pocos dias, Norita espiró su último aliento en ese devenir doloroso que le tocó vivir. Tenía 94 años. Integraba Madres de Plaza de Mayo, Línea fundadora.
Quienes deseen profundizar en su vida, pueden hacer viendo el documental Norita, Nora Cortiñas de Miguel Mirra, 2012, e Historias debidas IX, entrevistada por Ana Cacopardo.
Quisiera hablar de ella apelando a su hijo, Carlos Gustavo Cortiñas.
Carlos nació el 11 de mayo de 1952. Se formó en el bachillerato humanístico de la Inmaculada; al enterarse de la militancia católica tercermundista de su amiga Antonia Canizo en la Villa 31 de Retiro, Gustavo le pide participar.
Ella lo llevó a la capilla del Barrio Saldías, a cargo del Padre “Pichi” Meisegeier, “el sacerdote obrero” (vean “Pichi, el jesuita del pueblo”). Allí conoció a dirigentes villeros y estibadores protagonistas de la huelga portuaria del ’66.
También compartió el trabajo social en ese asentamiento junto al padre Mugica, quien será asesinado el 11 de mayo de 1974, día en que Gustavo cumplía 22 años. En 1972, el grupo de jóvenes colaboradores adhirió a la Juventud Peronista, fundando una Unidad Básica en Morón.
Al año, en medio de una movilización, encontrará los ojos de Ana Cernadas, contrayendo matrimonio en agosto de 1973; tuvieron un hijo, Damián, nacido en febrero de 1975.
Estudiante de Ciencias Económicas en la UBA, militante de Juventud Universitaria Peronista, fue secuestrado el 15 de abril de 1977 en la estación de tren de Castelar, a la edad de 24 años.
Su mamá, Norita Cortiñas, es uno de los baluartes inclaudicables que tienen las Madres de Plaza de Mayo.
Ella suele contar una anécdota que permite ver el compromiso de su hijo con la causa, cuando angustiada le pidió que en las movilizaciones no se mostrara mucho, que no fuera adelante, y él le respondió: “Yo no te voy a prometer eso mamá, porque si no irá el hijo de otra madre.
No voy yo y va otro y es lo mismo…”. Norita vio a su hijo por última vez el 10 de abril de 1977, domingo de Pascuas, mientras estaban en Mar del Tuyú.
Continúa desaparecido.
"30 mil gritos."
Sabía de la militancia política de Gustavo y de su trabajo solidario en barrios humildes. El no nos ocultaba nunca nada. Se casó siendo un muchacho, cuando estudiaba Ciencias Económicas en la Universidad de Buenos Aires.
Tenía 24 años, una esposa y un hijo muy pequeño. Lo desaparecieron el 15 de abril de 1977. Salió una mañana fría y no llegó más. Lo secuestraron en la estación de tren, mientras iba camino a su trabajo.
Esa noche un operativo militar y policial allanó mi casa, en donde estaba mi nuera. Afortunadamente, a ella no le hicieron nada. Fue un milagro teniendo en cuenta que, en la mayoría de los casos, al no encontrar a la persona buscada se llevaban a cualquier familiar en represalia.
Azucena Villaflor fue la que lanzó nuestra proclama inicial: "Todas por todas y todos son nuestros hijos" ¿Qué queremos decir con esto? Es una promesa implícita de las Madres: nuestra lucha no es individual, es colectiva.
Nosotras ya no somos madres de un solo hijo, somos madres de todos los desaparecidos. Nuestro hijo biológico se transformó en 30.000 hijos.
-Norita.
Una vez estábamos en la Santa Cruz con Adolfo Pérez Esquivel y entró Nora Cortiñas cantando Venceremos… esa imagen me ha quedado grabada en la retina y en la médula.
Hasta pronto, querida Norita.
(*) Comunicador social. Estudió en la Escuela de Artes Visuales Antonio Berni y, paralelamente, música en el Conservatorio de San Martín y en el Manuel de Falla. Como autor-compositor escribió tangos y milongas. Como artista plástico efectuó esculturas, grabados y pinturas.