Agencia Informativa La Oreja Que Piensa. Septiembre 2024. Por Luis Blauguen-Ballin (*)
Carlos Carella, el Negro, nació el 28 de mayo de 1925 en General Las Heras, un partido del noreste bonaerense.
Se desempeñó como actor y director de cine, teatro y televisión, siendo asimismo dirigente sindical. Era hincha de Argentinos Juniors. Fue Perla su compañera de vida y Martín su hijo, también actor.
A los 16 años tuvo que arreglárselas solo, trabajando en talleres y fábricas, una de ellas de juguetes de plomo.
Estudió declamación en el antiguo Conservatorio de Arte dirigido por Cunill Cabanellas, donde conoció a Alicia Berdaxagar y a Eva Dongé; con esta última hizo su primer espectáculo en la Casa del Teatro, “Es el amor que pasa” (1948).
Fue presentador de orquestas típicas en clubes de tango bajo el alias de Jorge Loguarro, volcándose luego de lleno a los telones y candilejas. Otras de sus labores teatrales fueron “El rehén”, “Todo en libertad”, “De pies y manos”, “Aeroplanos” y “Las de Barranco” (1994).
Actuó en “Las dos carátulas”, programa emitido desde 1950 por LRA Radio Nacional. Fue miembro fundador de "Gente de Teatro Asociada", dirigido por Orestes Caviglia, y del grupo "Gente de Teatro" (actuando en la serie televisiva “Cosa Juzgada”, 1969), dirigido por David Stivel.
Su primer film fue “Los troperos” (dir.: Juan Sires, 1953), luego “Corazón Fiel” (Leopoldo Torres Ríos, 1954) donde encarna a Cruz. También trabajó en "La cómplice" (René Cardona, 1966, es la famosa toma donde aparece con el pucho y empuñando el fierro), “El acompañamiento” (Carlos Orgambide, 1991); la versión teatral de esta obra escrita por Carlos Gorostiza la había interpretado en 1981 junto a Ulises Dumont en el Teatro Picadero (en un momento tuvo que mudare al Tabaris debido a una bomba que lo destruyó casi totalmente) dirigida por Alfredo Zemma en el marco del ciclo “Teatro Abierto” que pregonaba el arte como una forma de resistir a la dictadura.
También podemos citar a “Los Herederos” (Stivel, 1979), “Santos Vega” (Carlos Borcosque hijo, 1973) y “La Tregua” (Sergio Renán, 1974), por solo intentar trazar una pequeña semblanza de su carrera fílmica.
Entre sus papeles más recordados se encuentran los que realizara en la serie televisiva ya mencionada “Cosa juzgada”, y en las películas “Los chicos de la guerra” (Bebe Kamin, 1984), “El rigor del destino” (Gerardo Vallejo, 1985) y “Operación Masacre” (Jorge Cedrón, 1974), filmada en la clandestinidad de manera arriesgada en 1972, donde personifica a Nicolás Carranza, mítico obrero peronista asesinado en los basurales de José León Suárez por La Fusiladora.
Integró también el elenco de “El viaje” (Pino Solanas, 1992).
Carella fue un peronista verdadero que contribuyó activamente a la causa, destacándose su militancia en la “Resistencia Peronista", durante la proscripción del movimiento del ‘55 al ’73.
En el ‘63 condujo la lista triunfante en las elecciones de la Asociación Argentina de Actores. A partir del año siguiente participó en el programa de TV “El soldado Balá” (de Carlitos Balá).
En el ‘73, con la vuelta al poder del peronismo, fue designado Subdirector de Radiodifusión. En 1976, a raíz de la persecución por parte de la dictadura, debió exiliarse en España.
Ganó los siguientes premios, siempre bajo la categoría Mejor Actor: Cóndor de Plata, Molière, Prensario, Pepino el 88, Martín Fierro, Estrella de Mar, un Konex 1991, y, el más grande de todos, que es el reconocimiento que da el pueblo a sus héroes cotidianos.
Porta su nombre el Teatro del Sindicato de Empleados de Comercio (SEC) de CABA. Luego de su muerte, los galardones al mejor actor y actriz que entrega el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata han pasado a llevar su nombre.
Un cáncer de esófago nos lo arrebató el 9 de mayo de 1997. Sus restos descansan en el cementerio de General Las Heras.
Supe entablar conversaciones con su mujer, Perla Maguid, en la casa del legendario poetista peroneta Alfredo Carlino, en Balvanera, propiedad que otrora fuera morada del reportero gráfico asesinado por la Triple A, Julio César Fumarola.
Toda esta gente, artistas, actores, periodistas, músicos, hombres de letras, comulgaban con un sentimiento afín, la lucha era una sola y estaba por encima de cualquier otra pretensión individual, porque había una lucha integradora, superadora, que los unía a todos y es la que existía en la época del Negro porque, sin importar las diferencias, el sentimiento era el mismo; hoy, se ha meteorizado en ideologitas, subgrupos, grupejos y octavos de grupo, licuándose en el individualismo pequebú y cada uno se mira a sí en el espejo y lo más importante soy yo, no la construcción colectiva.
(*) Comunicador social. Estudió en la Escuela de Artes Visuales Antonio Berni y, paralelamente, música en el Conservatorio de San Martín y en el Manuel de Falla. Como autor-compositor escribió tangos y milongas. Como artista plástico efectuó esculturas, grabados y pinturas.