Agencia La Oreja Que Piensa. http://www.ansalatina.com/ (ANSA) - NUEVA YORK.
"Despierten", clamó LeBron James, una de las grandes estrellas de la NBA, al sumarse a la ola de indignación y protestas que generó el asesinato de un hombre negro a manos de la policía de Minneapolis, el lunes.
"Por estas cosas es que protestamos. ¿Lo entienden ahora o todavía no queda claro?", afirmó el astro de Los Angeles Lakers en un mensaje en la red social Instagram que ilustra con una fotografía del momento del criminal arresto policial.
"Diez minutos de agonía", fue el título más repetido al hacerse públicas las imágenes grabadas por testigos con sus teléfonos celulares y subidas luego a las redes que muestran los últimos instantes en la vida de George Floyd.
Un hombre negro de 46 años que pidió varias veces "por favor" a sus impiadosos "verdugos" y cuyo pecado había sido intentar pagar una compra con un billete falso de 20 dólares, el precio que la policía de Minneapolis le puso a su vida.
El hecho derivó en el despido de los cuatro agentes implicados, provocó multitudinarias protestas en esa ciudad del estado de Minnesota, limítrofe con Canadá y reavivó polémicas en un Estados Unidos hoy devastado también por la pandemia.
James, además, publicó una fotografía de Colin Kaepernick, ex "quarterback" de los San Francisco 49ers que solía arrodillarse cuando sonaba el himno nacional antes de los partidos de la NFL, la Liga nacional de Football Americano.
Gesto a modo de protesta por la violencia policial hacia los ciudadanos afroestadounidenses que luego imitarían algunos de sus colegas y deportistas de otras disciplinas y que indignaba al presidente Donald Trump más que los propios crímenes.
LeBron supo tomar distancia del mandatario desde antes de estallar la pandemia en virtud de esa expresión extrema de racismo en un Estados Unidos donde las desigualdades sociales también quedaron expuestas por efecto del Covid-19.
Un virus que no discrimina, pero ataca con mayor virulencia a la población negra, mucho más desprotegida en lo que hace al acceso al alimento y a la salud y encima apaleada y asesinada por mano de aquellos que se supone deberían cuidarla.
El astro de la NBA devino hace tiempo en vocero de ese grito de espanto y reclamo de los afroestadounidenses y en estandarte de la batalla contra la brutalidad policial que suele alcanzar su máxima expresión cuando el sospechoso es negro.
James, que expresó públicamente su apoyo al ex presidente Barack Obama y luego respaldó la candidatura de la también demócrata Hillary Clinton en las elecciones que consagraron a Trump, ya se había pronunciado frente a otro asesinato cometido por la polícia.
"Nos están cazando", denunciaba a principios de mes el cuatro veces Jugador Más Valioso de la NBA tras el asesinado de Ahmaud Abery, un joven de de 25 años que recibió un balazo mortal en Georgia en febrero al ser "confundido" con un delincuente.
Esta vez, la excusa en Minnesota fue que la víctima, que resultó tener un vínculo muy estrecho Stephen Jackson, ex NBA que lamentó su muerte en las redes sociales, había pagado una cuenta de supermercado con un billete falso.
"Esto es un homicidio. Estoy furioso. ¿Qué carajos está pasando en Estados Unidos?", se pregunta en Twitter Steve Kerr, ganador de cinco "anillos" de la NBA con Chicago Bulls y con San Antonio Spurs y hoy a cargo de Golden State Warriors.
Una indignación compartida por muchos ciudadanos que protestaron airada y violentamente en la víspera en Minnesota tras observar las imágenes de la agonía de Floyd mientras un agente apretaba con la rodilla su cabeza contra el piso.
Vanas resultaron las súplicas afirmando que no podía respirar y pidiendo atención médica, que llegó pero tarde tras diez minutos de insoportable "calvario", pues Floyd falleció en un hospital al que fue trasladado en ambulancia poco después.
Al hacerse públicas y viralizarse las imágenes de semejante martirio, los cuatro policías implicados fueron despedidos por un hecho que obligó a intervenir al alcalde Jacob Frey y a iniciar una investigación en la que participa el FBI.
"Ser negro en Estados Unidos, no debería ser una sentencia de muerte", aseguró el funcionario al repudir lo sucedido y reconocer como justas las protestas multitudinarias que generó la situación.
"La falta de humanidad que reflejan las inquietantes imágenes del arresto, es algo realmente repugnante", consideró Tim Walz, gobernador de Minnesota, al reclamar por el esclarecimiento total de lo ocurrido.
Un hecho que conmociona no sólo a este, uno de los diez estados que atraviesa el río Mississippi, homónimo del estado del sur del país que remonta a las épocas más nefastas de un racismo que sigue vigente incluso en tiempos de pandemia.
(ANSA).