Agencia La Oreja Que Piensa. Por Sergio Bertini.
Entre las bárbaras mentiras escuchadas o leídas en estos días se encuentra la falsificación de imágenes que fueron presentadas como “los disturbios en Villa Azul”, cuando en realidad eran registros de conflictos sociales en Chile.
También se escucharon erróneas adjudicaciones jurisdiccionales: Avellaneda, Quilmes y hasta “en el límite entre Avellaneda y Florencio Varela…” así se ha (des) ubicado a la Villa Azul.
Y no faltaron comentarios movileros de la TV que nos informa: “aunque no lo parezca…esto es una villa…bueno, era una villa ahora es un barrio como todos los otros…” (afirmación que nos llevaría a la pregunta: Cuales son todos los otros…?)
La Villa Azul, con más de 7000 habitantes, es casi contigua con la Villa Itatí, que tiene aproximadamente el doble de población Quilmeña. Como resulta casi trivial decirlo, tiene historia, memoria social, pasado de organización y militancia social, que de alguna manera entronca con la participación o rol del Estado actual.
Entonces… a no confundir las Villas…ni a pensar que por llamarles “Barrios”, se han igualado todas las condiciones o indicadores sociales de sus habitantes…
La Villa Itatí, en Quilmes, separada por el acceso sudeste es más grande que Azul, en donde entre otras formas organizativas perdura la obra de José Tedeschi, joven curita que nunca perdió su acento de “tano recién llegado” , que dejó la obra salesiana para vivir en la Villa Itatí y que fuera una de las primeras víctimas de la triple A.
Seguramente su familia y seguidores, o los alumnos que van al Centro de Formación Profesional y los trabajadores que integran la Cooperativa de Cartoneros, así como los habitantes de la Villa Azul habrán mirado con espanto o asombo anoche a quienes defendían “el derecho a ser libres” y consignas por el estilo, a bocinazos en el centro de la ciudad.
Volviendo, y para que no queden dudas, es necesario recordar donde está ubicada la Villa Azul: al sur del conurbano, entre los dos municipios, en camino a la ciudad de la Plata, provincia de Buenos Aires.
Ay este azul…que les quiero contar como fue…
provinciano… se quiebra en mi voz….
golondrina…que vuelve otra vez…
Sabemos que el neoliberalismo… no cree en la historia… los acontecimientos patrios carecen de importancia, para no hablar de las gestas compartidas o los relatos épicos de nuestra nacionalidad. Lo pudimos apreciar los últimos años. Algunos funcionarios siguen reivindicando ese estilo de enfrentar lo cotidiano, la vida misma, sin revisar el vivido, lo actuado …
“…no nos parece bueno ver el pasado, o revisar las gestión reciente en la Provincia de Bs As …” eso se escuchó decir en defensa del ineficiente papel de M. E. Vidal, la gobernadora macrista que aún goza de la protección mediática.
De esta manera,pareciera que todo comienza cuando llega un camión de exteriores, un móvil, de la TV que difunde algo que llama la atención, o que al ser puesto en el escenario por alguna modelo, deportista, político o personaje famoso… Ahí recién aparece, se hace visible.
Como si entonces fuera el inicio (sin pasado que contar)…y así se nos complica la cuestión cuando el cronista mencionado habla de “Villa Azul…” y (no) explica que hay una historia local que permitió que de un empobrecido y vulnerado lugar, una extensión entre dos municipios, antes había una villa y desde hace algunos años está mayormente urbanizado, y estos días ha registrado un número considerable de casos del C 19…
La Villa Azul tiene su historia,y recordando un poema que cantaba M Sosa:… les quiero contar como fue…
En la década del 80, vigente aún la dictadura cívico militar, dio inicio en la Villa una experiencia de participación comunitaria, que fue registrada en publicaciones de la época y que derivó en que a partir del 1983, con la llegada de la democracia se hiciera visible la misma y permitiera al Estado (aun por sobre diferencias políticas partidarias) llegar con sus políticas públicas a dicho territorio.
A partir de desarrollar las únicas actividades sociales permitidas o toleradas en la época, un grupo de jóvenes de diferentes opinión política, sin formación profesional ni experiencia personal a cargo de familias, se acercaron a colaborar con las necesidades de la villa, a partir de jugar al fútbol en la cancha local.
Así se empezó a preparar leche para la tarde del sábado, que se conseguía con aporte del Obispo Novak de Quilmes, con galletitas o pan donado, para los chicos, que se juntaban en una canchita. Dicha diócesis tenía un amplio movimiento de comunidades eclesiales de base y una iglesia popular distribuida en la zona, diferente a la iglesia conservadora de Avellaneda.
También se improvisaron “Cursos de electricidad domiciliaria”, que en la práctica permitieron fabricar estufas eléctricas con resistencias montadas en latas de aceite en desuso…y principalmente permitió que los vecinos “se engancharan de la luz “ de la Segba de entonces… en condiciones más segura y sin riesgo de prender fuego en las precarias casas.
La canchita se constituyó en un espacio compartido y respetado, defendido por los habitantes, para que no sea ocupado. El típico potrero convertido en canchita de futbol, sospechada hoy dia de ser el punto de contagio del virus.
Se comenzó jugando con los chicos y chicas y compartiendo merienda y se pasó al apoyo escolar, que reunió decenas de pibes y pibas de esa época.
Ay este azul…que les quiero contar como fue…
ya no quiere quedarse en mi voz…
este azul… es un niño tal vez…
La original experiencia, con la dictadura en su pleno apogeo, llevada adelante por vecinos de la zona motivados por la tradicional solidaridad barrial, por estudiantes de diferentes carreras con orientación social que podían canalizar inquietudes, en pleno gobierno militar pre Malvinas, es decir con sus servicios de persecución intactos y activos.
La copa de leche inicialmente se servía en las instalaciones de un viejo “Club Sol Naciente”, en el límite con “las calles del asfalto”, con el “barrio consolidado o formal”, del club, se pasó a la cancha y al aire libre, para que se viera la necesidad de las familias de ambos municipios, porque ahí… como un descubrir para los estudiantes que la villa estaba entre dos municipios: Avellaneda y Quilmes, lo cual permitía explicar la desidia con que eran atendidos en ambos casos, ya que estaban “en el límite…” casi como si no fueran ciudadanos para ninguna de las dos administraciones.
Eso…para muchos militantes de entonces fue un descubrir, una manera de compartir esas desagradables sorpresas, empezar a conocer las ineficiencias, o desidia de la gestión pública…
Ay este azul…que les quiero contar como fue…
ha llegado a iniciarme en la luz…
con campanas de asombro tal vez….
En el año 1982 la dictadura termina derrotada, después que cientos de chicos mueren en Malvinas, y se empiezan a difundir de manera masiva los desastres del gobierno da comienzo tímidamente una movilización social y lentamente la aparición de los partidos políticos llega a la Villa Azul…
Las preguntas latentes de entonces: …como se logra que de la apatía, del temor impuesto… pasar a la actividad y opinión sobre la “cuestión pública”…? ¿ Que era la política y como “se hacía necesario hablarla”… con padres y madres que preparaban festivales y peñas para recaudar fondos solidarios …
Cómo convertir los conceptos físicos de “resistencia eléctrica” o “circulación de corriente”, en elementos de reflexión teórica que por analogía y forzadas metáforas permitieran comprender lo que (nos) estaba pasando al participar de actos movilizaciones y corridas policiales antes las últimas represiones de la dictadura en retirada…¡ ?
Parece que nuestra sociedad tiene reservas insospechadas y actúa de esta manera: valoriza otras experiencias y ejercicio de memoria y comparación empieza a actuar. Es decir: no había permiso, ni práctica política…pero en una villa, lindante entre dos municipios, se había empezado a organizar los vecinos y estos supieron convivir con las diferencias políticas y variedad de credos (ya en los 80… comenzaban a visualizarse las actividades de diferentes iglesias que competían con la católica…).
Y cuando comienza el gobierno radical del Dr Alfonsin, con administración del mismo signo político en la provincia de Bs As, y en ambos municipios, la gestión estatal a en los 3 niveles se encuentra con el problema de la falta de cuadros organizativos para llegar con las políticas sociales (como la caja de alimentos PAN) y se basó en la experiencia de organización barrial de amplia base política ideológica que se manifestaba en un club “Sol Naciente”… que era mucho más precario que el conocido masivamente por una película de la década del 90: La Luna de Avellaneda… el Sol Naciente, club villero fue origen de lo que derivó… con los años en los planes de vivienda y demás políticas estatales que llegaron a la Villa Azul
Ay…este azul
como antigua canción del adiós…
como un breve puñado de sol…
El tránsito de la Villa Azul…al barrio que se ve rodeado y en cuarentena hoy día, y que es motivo de controversias, de aquellos que plantean la contradicción entre salud y economía, tiene una historia, basada en la movilización de sus vecinos, y de personas solidarias que llegaron a colaborar con quien lo necesitaba. (Algunos , son conocidos como un estudiante de la UTN de la época, hijo de un luchador sindical, de apellido Ferraresi).
Ay…este azul
por momentos se queda en mi piel...
ilustrandome el paisaje aquel…