Agencia La Oreja Que Piensa. Argentina 2011. (Por Joaquín Sabina) (*)
“Así fue, en esa oportunidad invitaron a un idiota, que era yo. Se tocaba en el aula en la que habría unos doscientos obreros que a la hora del bocadillo iban a ver a unos cantantes desconocidos. Yo toque lo que tocaba en ese entonces, y cuando terminé anunciaron:
“Ahora vamos a presentar a un cantante uruguayo, exiliado: Alfredo Zitarrosa”
Entonces apareció un tipo de traje, de pelo engominado, con cara de representante de pompa fúnebre. No tenía idea de quien era, lo vi y no entendí nada.
Entró, se sentó y se puso una copa al lado. Traía un tocadiscos bastante primitivo. Colocó la púa y empezó a sonar “Guitarra Negra”, sin voz…él empezó a recitar esos versos ante varios obreros que no tenían ni idea de lo que hablaba y ante un hippie con pelo largo y barba, que quería ser Bob Dylan y que estaba muy lejos de su estética.
Durante los primeros diez segundos la gente se miraba, yo también estaba un poco sorprendido.
Al tercer verso, quedé petrificado: ¿de donde salió este marciano?, pensé. Así hasta que terminó. Nunca vi nada más emocionante en mi vida. Desde entonces, lo amo.
No lo saludé, ni tampoco le dije nada. Al día siguiente salí a buscar discos de él”
(*) declaraciones del cantautor Joaquín Sabina en el año 1976 cuando Alfredo Zitarrosa vivía en el exilio.