Agencia La Oreja Que Piensa. Por Lidia Fagale (*)
Mi padre, Enrique Antonio Fagale, cumpliría este mes más de un siglo de edad. Fue el primer Ingeniero de Minas que tuvo nuestro país. Murió siendo Asesor de Economía Minera de la Administración General de Yacimientos Carboníferos Fiscales en 1973.
Como hijos nos seguimos sintiendo orgullosos de un hombre que trabajó en beneficio del Estado Argentino y de sus trabajadores en el ámbito de la explotación minera.
Han pasado muchos años desde su desaparición. Han ocurrido y ocurren situaciones desgraciadas en Rio Turbio. Promediaba el año 1941 cuando mi padre regresaba al país, procedente de Europa, ya graduado de Ingeniero de Minas en la Universidad de Turín, Italia, ingresando a la recién creada División Carbón Mineral de Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
Sus estudios secundarios los había realizado en San Juan, su provincia natal y es allí donde revalida posteriormente su título profesional otorgado por la Universidad Nacional de Cuyo.
Incorporado a la tarea exploratoria del quehacer carbonífero a nuestro padre le correspondió realizar numerosas y variadas tareas de campaña minera en diversos lugares del país, estudiando las posibilidades que podrían ofrecerse para la explotación del combustible mineral en beneficio de los recursos enérgicos del país,
Las regiones precordilleranas patagónicas de Neuquén, Rio Negro, Chubut y Santa Cruz fueron testigos de sus afanes como así también las provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca.
Luego desarrollo las primeras tareas mineras para poner en funcionamiento el yacimiento de Rio Turbio, cuyo su crecimiento y desarrollo fue su permanente preocupación.
Con la experiencia de sus trabajo mineros le tocó desempeñar distintos cargos como Director técnico, sub administrador general de combustibles sólidos, asumiendo por largos periodos funciones directivas en la empresa.
Cuando la división carbón se convirtió en YCF pasa a desempeñarse como Sub Gerente hasta que se lo designa como asesor de economía minera de la administración general.
Integró en Francia una misión para la adquisición de materiales de exploración minera para Rio Turbio. Recibió por su honesta labor y sus propuestas de explotación minera, que significaron un ahorro significativo al Estado argentino sin afectar el trabajo y los réditos enérgicos del país una distinción honorifica por parte del entonces Presidente Arturo Illia.
Murió sin el reconocimiento merecido. Hoy si bien los tiempos son otros no queremos dejar de mencionar a quien como padre y hombre de trabajo preservó los recursos del Estado, protegió a quienes llevaron adelante la dura tarea de la explotación minera, los mineros de Rio Turbio, los de ayer y los de hoy.
A su muerte, mi madre recibió la más baja pensión de un hombre que había ocupado las categorías más altas del Estado.
Por último, a pesar de nuestro agnosticismo hemos crecido con el himno minero y la protección de la Virgen Santa Bárbara, hoy agotada de tanta indiferencia.
En nombre de sus hijos, va este humilde homenaje a un hombre humilde que apostó hasta a su muerte por la grandeza de nuestra patria.
Buenos Aires, 21 de febrero de 2018
En nombre de mis hermanos,
Enrique David, Verónica, Lidia y Dibe Fagale, recientemente fallecida.
(*) Lidia fagale, periodista DNI 11875592